Los padres deben involucrarse cuando sus hijos usan la internet
ElNuevoHerald.com
Publicado el miércoles 11 de noviembre del 2009
Los padres deben involucrarse cuando sus hijos usan la internet
By MALENA MARCHAN
Hace poco llegó al Nuevo Herald, la carta de una lectora con un relato espeluznante. Elena (seudónimo) contaba sobre su hijastra de 13 años de edad y la preocupación que tenía porque la menor pasaba horas frente a la computadora “chateando”, con desconocidos de 50 años.
Elena, pedía algún tipo de consejo ya que había recurrido a todo para terminar con el problema. El mayor obstáculo para ella era que su marido, el padre biológico de la niño no hacía nada para frenar el hábito de la niña. Hasta le decía a Elena que era una exagerada.
Este es un caso aislado pero existen otros parecidos con sus variantes que se repiten en todo el mundo; menores que huyen del hogar con ese “amigo” del Internet, jóvenes involucrados en grupos extraños, y padres que nunca se enteraron de nada hasta que fue demasiado tarde.
“El problema del Internet es que no hay reglas para su uso, por eso hay que tomarse tiempo para educar a los niños sobre cómo usarla de manera responsable”, explica Vicente Pimienta, experto en Informática.
Elena estaba consciente de esto, pero su marido no pensaba igual.
“El padre está descuidando uno de sus roles fundamentales que es proteger a su hija de los peligros de la vida. Ahora uno de los nuevos peligros es el Internet”, dice la psicóloga Liliana Juárez-Meis.
La reacción normal de los padres al saber que su hijo se comunica con adultos o está en alguna actividad sospechosa, sería de preocupación, tal vez miedo y mucho disgusto. Algunos reprenderían a sus hijos y buscarían ayuda.
La psicóloga y educadora Ninoska Marcucci, afirma que “no todas las personas reaccionan de la misma forma”.
“Puede haber algún tipo de sentimiento de culpabilidad del padre por su divorcio” o tal vez porque trabaja mucho y no le puede dedicar tiempo suficiente a la niña, piensa.
Hoy en día esto es bastante usual, entonces para evitar discutir y que se produzca malestar, muchos padres de familia no dicen nada. Pero a veces los niños quieren atención.
Esta dinámica se va retroalimentando; el padre calla y la hija buscan distracción o refugio haciendo otra actividad, en este caso, “chatear” con desconocidos.
En un caso como el de Elena, todos recomiendan la ayuda de un profesional.
Hay que ser firmes especialmente si se trata de una joven que busca a gente adulta o que está en cualquier actividad inapropiada. “En esto no hay negociación posible, hay que ir a una consulta familiar con un experto para saber por qué está buscando el contacto con hombres mayores”, recomienda Juárez-Meis.
Pero en casos no tan extremos hay cosas que usted puede hacer y lo ayudarán. La más importante es la comunicación y no sólo con nuestros hijos, sino entre la pareja.
“No existe la comunicación cuando uno dice una cosa y el otro no hace caso. La comunicación existe cuando los dos están pensando en el bien común”, señala Juárez-Meis.
“Los límites al niño no deben ponerse un día sí y otro no”, indica Marcucci. Es ser constantes “y con mucho amor explicarles las reglas de la casa”, añade.
Algunos sugieren hacer contratos o acuerdos entre los integrantes de la familia y que cada uno se comprometa a asumir una tarea a cambio de otra cosa.
“La comunicación con el joven tiene que ser abierta y directa, hay que hablarles sobre el sexo, la vida y la muerte”, opina Juárez-Meis.
Marcucci sugiere llevar a cabo más actividades con nuestros hijos, como “compartir y salir a caminar, a tomar un helado, a jugar tenis”. Y hablar con ellos. Aunque los hijos digan que ya lo saben, nunca hay dejar de recordarles sobre los peligros de la red, opina.
“Ponga la computadora en lugares donde todos puedan ver la pantalla y nunca en la habitación del niño”, recalca Vicente Pimienta.
Recomienda que los padres estén al tanto de los programas nuevos y las páginas que están de moda como Facebook, My Space, Twitter y otras. Además, poner filtros en la computadora y “saber el nombre de usuario y clave” de sus cuentas de acceso a las páginas.
“Averigue con quien se escriben sus hijos a través del email”, afirma.
“Poner límites al niño es parte del amor de un padre, es ayudarlo y protegerlo cuando todavía no tiene plena conciencia”, agrega Juárez-Meis.
Hace poco Elena escribió contando de que la niña había sido detenida por la policía en un supermercado robando condones.
Para obtener más información sobre el tema visite: www.pregunteleapimienta.com; www.fbi.gov/